Caja de herramientas

La proliferación de presupuestos participativos a nivel municipal se inició en 1989 con la experiencia de Porto Alegre. Los presupuestos participativos consisten fundamentalmente en la participación de la comunidad en la priorización presupuestaria pública. Sus expresiones más exitosas se han dado a nivel municipal. Los presupuestos participativos no tienden a ser diseñados explícitamente con fines redistributivos y sus impactos distributivos han sido escasamente evaluados . Esta experiencia se ha destacado, entre otros, por sus impactos redistributivos positivos, tanto a través de la progresión de las tasas e impuestos que el gobierno municipal cobra como a través de la priorización y focalización de los recursos en los barrios más pobres (Navarro, 1998, 2005; Santos, 2002). Para un mayor alcance distributivo, algunas experiencias recientes en el Perú han destacado la necesidad de facilitar la participación de las personas más pobres en los procesos participativos y mejorar la capacidad de los cuadros técnicos de las municipalidades a cargo del proceso (Jaramillo y Alcázar, 2013) .