Consiste en el otorgamiento de créditos a PYMEs que cuenten con un 51% de acciones en manos de una mujer, o donde esta cifra sea como mínimo del 25% y que cuenten, además, con al menos una mujer en su directorio o en su alta gerencia.
Para lograr la autonomía económica de las mujeres se requieren acciones encaminadas a promover una mayor participación de ellas en el trabajo remunerado, reducir las brechas salariales de género en los mercados laborales, proteger la maternidad y la lactancia, reglamentar el trabajo doméstico remunerado, y crear sistemas integrales de cuidado, financiamiento y posesión de la tierra para las mujeres rurales. Este programa es un ejemplo de políticas de acceso al crédito y fomento de emprendimientos de mujeres.