El concepto “afrodescendiente” alude a personas pertenecientes a diversas culturas descendientes de población africana que sobrevivió al sistema esclavista, reconociéndose como una comunidad étnica que politiza su identidad y se considera un pueblo.

La población descendiente de las personas africanas esclavizadas durante la trata o comercio esclavista que duró casi cuatro siglos vive hasta hoy en situaciones de extrema desigualdad, discriminación y racismo de carácter estructural e institucional y que se combina con una histórica cultura del privilegio que llega a excluirles de los beneficios del desarrollo.

El marco de desarrollo de los derechos de las personas afrodescendientes se basa en los principios de los derechos humanos, tanto los que abarcan a la población en general como aquellos que las mencionan explícitamente. Destacan los instrumentos de derecho internacional, regionales y los marcos normativos nacionales.

Dentro del marco de políticas que buscan reducir las desigualdades existentes entre las personas afrodescendientes y no afrodescendientes, se encuentran los instrumentos legales que prohíben la discriminación racial, los planes de promoción de la igualdad racial y de desarrollo, y las políticas públicas a favor del fortalecimiento de las comunidades afrodescendientes.

Las desigualdades sanitarias y económicas que viven las poblaciones afrodescendientes se agudizaron con la pandemia por COVID 19 debido a un acceso desigual a los sistemas de salud, la discriminación institucional y la falta de perspectiva intercultural en los servicios de salud.